domingo, julio 01, 2007

Hablando con mi hija (sacado de mi libro, "El Parkinson y yo"



Hablando con mi hija

Queridos todos:
Aunque solo sea un poco de lo que yo sentí hablando con mi hija, quiero seguir compartiendo con vosotros vivencias intimas mías, con el deseo de todos viváis conmigo momentos felices y que ayudan a pasar mi vida. Si al leerlas os hago sentir algo..., me sentiré muy satisfecha del resultado. Mi consejo es que busquéis en la vida todo lo que os pueda dar alegrías y no os recreéis en las cosas que solo pueden daros tristeza.

Esto es la vivencia que me sucedió el domingo y como para mi es muy bonita quiero compartirla con vosotros. Ayer mi hija vino a comer sola que como ya sabéis está embarazada y espera el bebe a primeros de septiembre. Comentando los mensajes sobre familiares que han circulado por el foro, surgió el tema.

Después de comer y sin haber recogido la cocina (para mi es mas importante la comunicación con mis hijos a tener una cocina recogida), nos sentamos mi hija y yo frente al ventanal y Ángel se hecho la siesta. Ella sentada en el sillón y yo en mi mecedora, empezamos a hablar..., hablamos de mi larga enfermedad y de cómo durante años yo había estado intentando que por causa de mi enfermedad ellos no sufrieran.

Comenté lo que una persona es capaz de aguantar por la felicidad de los hijos, le conté cosas que ella no sabia y la conversación duro dos horas. Yo sé que hubo momentos en los que ella con los ojos llenos de lagrimas no lo estaba pasando bien. Extrañada comprobé que ella sabía los esfuerzos que tuve que hacer para que ellos fueran felices y no sentir que el obstáculo de mi enfermedad pudiera impedirlo. Yo quería cambiar de conversación pero ella intervenía animándome a seguir y me recordó, cómo con mi enfermedad monté mi negocio para que sus vidas tuvieran un nivel mas alto, en cuanto a estudios y demás.

La pregunté que si su infancia y su adolescencia fue feliz ya que me gustaría saber si mis objetivos se habían cumplido y el saberlo me ayudaría sentirme mejor y que mi grafico subiera ya que ellos no me lo habían dicho nunca.

Ella se levantó y abrazándome me dijo: Mamá hemos sido muy felices toda nuestra vida, tanto mi hermano como yo porque hemos tenido la gran suerte de tener unos padres maravillosos... Yo con los ojos llenos de lagrimas le dije: ¡gracias hija, llevaba tanto tiempo esperando que me dijeras esto, que en estos momentos me da la impresión de que estoy viviendo un sueño!. Ella muy extrañada me pregunto: ¿de verdad mamá que no te lo he dicho nunca?... y yo la contesté que no por su boca, pero que aunque interiormente lo sabia, tenia grandes deseos de oírlo de sus labios y de los de su hermano, ya que quería saber si el objetivo que me impuse hace 27 años se había cumplido..., a lo que contesto: ¡pues si mama se ha cumplido ampliamente!.

Emocionada me dijo: ¡mamá no te puedes imaginar lo grande y fuerte que tu eres para mi y la ternura que despides por todos tus poros!, esto, si no te lo he dicho a ti, siempre que estoy con cualquier persona al hablar de ti, digo como te veo, lo que para mi significas y hasta donde llega tu capacidad de aguante, con el propósito de que no suframos por ti. Aunque no me gusta verte mal, me siento orgullosa de que en tu vida sigan existiendo ilusiones y de como me haces vivir contigo esas pequeñas cosas que te hacen sentir, cosas que son muy importantes para mi, ¡con que dignidad y valentía llevas estos 27 años de enfermedad mama! ¡estoy orgullosa de ti!. Ella es muy cariñosa y en todo este tiempo me dio cantidad de besos.

1 comentario:

Marina Lassen dijo...

Maria: Te super felicito, porque es evidente que cumpliste siempre tu mision de madre mas que bien! Me llena de esperanxas tu ejemplo pensando que mi esfuerzo con mis hijos vale la pena.
Un beso grande
Marina